Después de ocho años, la espera llegó a su fin. Por octava vez en la historia, los Guns N’ Roses volvieron a decir presente en la Argentina, listos para escribir un capítulo más en su historia con el país. Cuando el reloj marcó la hora señalada, la banda enardeció al Palacio Tomás A. Ducó. Ante ellos, una marea de fans se sacudía, con ansias de soltar la energía acumulada y demostrar su lealtad hacia el grupo.
A pura adrenalina, cuando la noche ya se apoderaba de Buenos Aires, Axl Rose dio rienda suelta al primer himno de la noche “Welcome to the jungle”. Con lentes oscuros, remera y pantalón negro, el cantante recorría el escenario de una punta a la otra. Bajo sus pies, miles de fans saltaban eufóricos, decididos a mostrar por qué Argentina es uno de los mejores públicos del mundo.