La batalla por el carro de la compra ya no se libra solo en los pasillos de alimentación. La cadena de alemana Lidl lleva tiempo demostrando que su ambición va mucho más allá, moviendo ficha de forma constante para ampliar su catálogo de bienestar y cuidado personal . La estrategia es clara: consolidarse como un establecimiento que ofrece soluciones integrales para el día a día, compitiendo directamente con tiendas especializadas en nichos de mercado que tradicionalmente le eran ajenos.
De hecho, la clave de su éxito en esta diversificación reside en la popular sección de bazar, un espacio donde la compañía ha perfeccionado una fórmula comercial de gran eficacia. Dicha fórmula consiste en lanzar al mercado productos funcionales a precios muy reducidos , generando así un enorme interés