La llama de la vida terrenal se apagó este 29 de marzo para Don Joaquín Rivas.

A la calladita, sin fanfarrias ni estridencias, fue convirtiéndose en uno de los empresarios de mayor abolengo en el Delta.

Tres años atrás, en pleno auge de la crisis económica combinada a causa de la yunta inflación/pandemia, lo entrevistamos.

Hicimos en ese entonces la siguiente semblanza:

Esos 45 años, fueron 48 en este 2022, acercándose al medio siglo. Paradójicamente, cuando se experimenta una leve mejoría, Joaquín se hizo vapor de eternidad como la esencia de las medicinas.

En caso de progresar paulatinamente el país, como es probable que suceda, el eximio farmaceuta se habrá quedado en el umbral de los cambios.

Sea como fuere, Joaquín cumplió y su familia de farmaceutas lo testifica. Partió sabiend

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