Es un bar de barrio. Con su partida de cartas diaria, con sus clientes rutinarios y con sus tapas tradicionales. Es un bar de barrio. Con sus callos como plato estrella, sus estantería acristalada llena de recuerdos y sus fotos en sepia de años pasados -y quizás mejores-. Es un bar de barrio, del barrio de Garrido. Los Charritos abrieron sus puertas en 1969 de la mano de José Manuel y Amelia. Un matrimonio venido del País Vasco que se asentó en la capital charra sin saber que, ese proyecto, trascendería varias generaciones. «Cuando ellos vinieron el barrio eran casas unifamiliares, había muchas familias con niños pequeños», explica Raquel, socia del bar junto a Pablo, la tercera generación de este negocio familiar.

A principios de los años setenta, el barrio estaba en auge y la juventud d

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