Si no se habla desde el corazón es imposible conectar con las y los otros. Desde ahí me gustaría escribir estas líneas, despojándome brevemente de los datos con los que fui ilustrando mis columnas sobre el panorama cultural, que desde hace unos años publico en PERFIL. Hay algo más profundo que un número, que nos define, nos une, hace que el presente sea más llevadero y nos proyecta hacia el futuro. En el contexto actual, estar permanentemente hablando con cifras concretas es importante, porque los datos sirven para señalar las carencias del actual modelo, pero a la vez me genera la contradicción de reducir algo inmenso al único lenguaje que parecen hablar personas que desprecian todo lo que no les da dividendos inmediatos.

“Les hablé con el corazón, me respondieron con el bolsillo”, es un

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