A partir de los 35, la piel empieza a cambiar: se vuelve más fina, pierde firmeza y su capacidad de regeneración se ralentiza. No es un drama; solo cambia el ritmo, y lo que antes bastaba ahora necesita un empujón extra. Entre tanto producto y tendencia, hay algo que nunca pasa de moda: las vitaminas. Son los activos más eficaces cuando se trata de mejorar textura, luminosidad y tono.

Aquí van las cinco que realmente marcan la diferencia.

1. Vitamina A (retinoides)

Es la reina del cuidado antiedad. Estimula la renovación celular, suaviza arrugas y mejora la textura de la piel. También ayuda a reducir manchas y a que los poros se vean más pequeños.

Se usa solo por la noche y conviene introducirla poco a poco para evitar irritaciones. Durante el día, imprescindible acompañarla con pr

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