Seguramente te ha sucedido. En una conversación a través de alguna aplicación, recibes como única respuesta un emoji con un pulgar hacia arriba . ¿Un gesto borde o una reacción de lo más común? Lo que para muchas personas puede resultar una contestación natural y práctica, para otros puede ser enigmático o cortante. Todo depende, en gran medida, de la edad de las personas que se comunican. Es la brecha generacional de los emojis.

Félix María, de 22 años, pone un ejemplo sobre el emoji de la cara riendo: "Antes lo usaba, pero ya no. Creo que nadie de mi edad lo usa", asegura. En cambio, un milenial emplea ese mismo emoji de una forma más neutral y objetiva, como explica Abel Soriano, que tiene 52 años: “Yo los uso para contextualizar una expresión, porque el texto escrito puede dar lug

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