Si la crisis demográfica que tiene China no se invierte, si la fábrica del mundo mengua y nada detiene la hemorragia, su declive arrastrará y tendrá efectos en todo el mundo: desde aumentos de coste en bienes de consumo (teléfonos, calzado, vehículos eléctricos) hasta presiones inflacionarias por la menor eficiencia manufacturera. Como muestra, un “botón”: a miles de kilómetros de China una población entera ya está sufriendo la falta de bebés en Pekín.
En Irlanda nadie imaginó una situación así.
Espejismo industrial. Durante años, el pequeño pueblo irlandés de Askeaton , en el condado de Limerick, encontró su redención en una fábrica que producía oro en polvo. No era una metáfora. En las líneas de producción de Nestlé se elaboraba leche infantil para el mercado chino , un producto t