Barcelona Es la última prueba del vestido y Maria Àngels Gómez sale del probador con la satisfacción en la cara de encontrarse bien, de poder llevar el modelo que le gusta y no otro. El traje es largo, de color lila, y tiene un cuerpo de puntas que termina con un escote. "Estás muy guapa, elegante", le dice una de las dependientas mientras ella se mira y remira al espejo con la sonrisa marcada en los labios. Es justamente la idea que tenía para la celebración de los 50 años de casada, "algo que fuera alegre, elegante", describe. Llegar hasta ese vestido le ha costado un "buen disgusto" y una muestra más de los prejuicios por la edad que están incrustados en la sociedad.
"Tengo dos carreras y un doctorado y en el banco creen que no sé hacer ni un 'bizum'"

137