Durante 70 minutos, el Atlético parecía abocado a reproducir la crisis de resultados con la que se fue al parón de selecciones . Las buenas maneras de Baena , al que le anularon un gol cuyo motivo será motivo de debate en las barras de los bares, no eran suficientes. La grada se activó con su juego, pero a los rojiblancos no les bastaba. Este Atlético que sabe a lo que juega y tiene claro quién quiere ser, también recuerda quién fue. De nuevo la raza de un Simeone , de Giuliano , sacó al Atlético del lío.
El argentino evitó el traspié con un jugada marca de la casa, de la suya. Puro pundonor para cambiar el ritmo, aguantar el envite del defensor y determinación para levantar la cabeza y cederle la gloria a Almada . La exaltada celebración de Simeone, el padre, es la prueba