En los campos colombianos, donde la vida cotidiana transcurre entre cosechas, cuidados y trabajo comunitario, el dinero formal sigue siendo un territorio ajeno para millones de mujeres. No se trata solo de una cuestión de acceso a un crédito o de abrir una cuenta bancaria. El problema es más profundo, las raíces están en las desigualdades estructurales que atraviesan la vida de las mujeres rurales.
Un estudio de la Fundación WWB Colombia, titulado Recomendaciones para lograr una mayor inclusión financiera de las mujeres en la ruralidad , recoge la voz de 258 mujeres de municipios como Palmira, Buenaventura, Tuluá, Buga, Sevilla y Florida. Sus testimonios revelaron que la exclusión financiera está estrechamente ligada a factores sociales, culturales y económicos que limitan su autonomía