En el verano de 2022, mientras se estaba depilando el pecho para ir a la piscina, Jesús Paramio, que por aquel entonces tenía 53 años, se notó un pequeño bulto en la areola del pezón izquierdo. Pensó que era un bulto de grasa y que cuando volviera de vacaciones iría a ver a su dermatóloga. «Ni remotamente pensé que pudiera ser cáncer y mucho menos de mama. Pensaba que los hombres no podíamos tener cáncer de mama», reconoce.

Como le dio cita para noviembre, decidió, «no sé por qué», ir al médico de cabecera. Jesús recuerda que le mandó una ecografía para quedarse tranquilo. El ecografista, a su vez, «me dijo que era una inflamación, que no me preocupase y que volviera en un año a revisión, así que me quedé tranquilo».

Pasaron los meses y fue a su cita con la dermatóloga que le comentó q

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