Sierra Grande celebra hoy su aniversario 122. Durante años fue una ciudad suspendida en el tiempo. La nostalgia por los días de la mina de hierro de Hipasam convivía con el silencio de las calles y la sensación de haber quedado al margen del desarrollo. Pero algo empezó a cambiar. El sonido de las máquinas volvió a escucharse, los carteles de alquiler reaparecieron, y el aire seco del viento patagónico se mezcla hoy con un murmullo de esperanza.

Tras penar por años la falta de producción en las instalaciones de la mina, Sierra Grande enfrenta el desafío más grande de su historia contemporánea : convertirse en parte del entramado energético, de cara al Atlántico argentino.

La construcción de la terminal marítima del Oleoducto Vaca Muerta Sur (VMOS) , en el puerto de Punta Colorada,

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