La literatura sobre inteligencia artificial (IA) es tan abundante como diversa. Se debate cuánto empleo creará, cuánto destruirá y qué tipo de formación exigirá a las nuevas generaciones.
Algunos líderes tecnológicos, como Elon Musk, sostienen que en el futuro se trabajará solo por placer , porque «todo lo hará la inteligencia artificial». Otros, como Jensen Huang, CEO de Nvidia, defienden que la IA generará más y mejores empleos.
En el lado más pesimista, Dario Amodei, consejero delegado de Anthropic —la segunda empresa de IA más importante del mundo, tras OpenAI— advierte que podría eliminar hasta la mitad de los empleos administrativos en apenas cuatro años, según recuerda el profesor Maha Hosain Aziz en The New York Times.
Sea cual sea el escenario, una cosa parece clara: la