Hace solo unas semanas murió Armando García , un camarero que estuvo durante 55 años detrás de la barra del restaurante San Remo, el de la calle Puente de Castañeda. El poeta Luis García Montero, asiduo del lugar en otros tiempos y ahora asiduo en los papeles por su polémica con la RAE, le dedicó una entrañable columna el mes pasado en la última de El País . Dijo el poeta en su texto, que servía también de obituario, que “hay pérdidas que suponen un modo de perdernos a nosotros mismos, un vacío en las raíces de la propia existencia”. Y así ha sido para muchos granadinos, que tendrán que acostumbrarse a entrar en el San Remo y no ver más a Armando. Este bar y restaurante está en el ADN de Granada desde que en los años sesenta lo montara un cocinero español de origen argelino que había
El San Remo, el restaurante del francés, de Armando y de las papas bravas

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