Muchas veces las tormentas están anunciadas, pero a veces nos pueden pillar por sorpresa porque se generen de forma inesperada o porque no hayamos consultado la previsión meteorológica. Y en ocasiones nos toca enfrentarnos a ellas al volante. Si la tormenta es eléctrica, con rayos visibles en el horizonte o incluso muy cerca de nosotros, es inevitable inquietarse, pero debemos saber que el coche nos brinda una protección especial, que lo tenemos que percibir como un lugar seguro en el que podemos permanecer hasta que amaine.

Lo primero que hay que saber es que es muy poco probable que pueda caer un rayo en un coche, pero no imposible, y que en el caso de que suceda lo habitual es que los daños se concentren en el vehículo y que sus ocupantes resulten ilesos. De hecho,

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