El español heredó cientos de voces del árabe tras siglos de convivencia en la península, y muchas conservan a la vista el rastro del artículo árabe al, que equivale a el, integrado ya como parte del vocablo. De ahí que abunden términos que empiezan por al y que, una vez incorporados al castellano, recibieron género gramatical según las pautas propias del idioma. Llama la atención que un buen número quedaran en femenino sin que el significado lo exija, algo que se explica más por la forma y la analogía que por razones semánticas. Ahí están almendra, albahaca, alcachofa, alfombra, acequia o alacena, todas femeninas y de uso cotidiano, junto a piezas patrimoniales igualmente árabes que son masculinas como alcalde, almirante, algodón, almacén, aljibe o alférez, lo que recuerda que no hay una r
Sobre el género de las palabras de origen árabe en español

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