Entre un “uy” y muchos “¡anda, mira!”, la Feria de Calamocha recuperó el olor a barniz y madera vieja, a metal herrumbroso, a naftalina e Historia con la apertura este sábado de la XIII Feria de las Antigüedades Antiquarius de Calamocha. Un salón en auge que cada vez es más valorado por los visitantes pero, sobre todo, por los expositores, que ven en el ferial del Jiloca “una de las mejores ferias de antigüedades de España”.

La muestra abrió este sábado sus puertas y desde primera hora fueron muchos los visitantes que se entretuvieron visitando cada stand. Se trata de una feria en la que los expositores, llegados de todos los rincones de la geografía española, llevan, sobre todo, producto menudo invitando al deleite del capricho y a la compra impulsiva. Las transacciones más importantes

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