La idea de poner en marcha The Arctic Call partió de la noruega Hilde Fallun, una ciudadana científica de Svalbard, el lugar del planeta que más se calienta, entre tres y cinco veces más que cualquier otro. Convencida de que luchando juntas se pueden mitigar los efectos del cambio climático, reunió a un grupo de mujeres sensibilizadas con el futuro del planeta. Lo hizo en Longyearbyen , la capital de facto del archipiélago noruego y la ciudad más al norte del mundo. La idea era realizar un minicrucero por el Ártico para poder ver en vivo y en directo los efectos del cambio climático sobre los glaciares y, a la vez, debatir y aprender de las experiencias de unas y otras sobre qué hacer. Al final, las 15 mujeres de nueve países, entre los 16 años y los 78 años, decidieron lanza

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