
Durante mucho tiempo, el llamado complemento por maternidad se ha visto como una pequeña reparación. Una forma de compensar a esas mujeres que habían tenido que frenar su carrera profesional para criar. Pero ahora el Gobierno vuelve a mover ficha y no precisamente para ampliar derechos. Bruselas ha vuelto a ponerle deberes a España y el resultado no gusta nada entre las madres jubiladas: muchas dejarán de cobrar ese dinero que hasta ahora llegaba sin tener que pedirlo.
El cambio afecta al complemento para reducir la brecha de género , una ayuda que perciben más de un millón de mujeres. Hasta ahora se sumaba automáticamente a la pensión (unos 35,90 euros al mes por cada hijo, lo que en algunos casos suponía más de dos mil euros al año), pero el nuevo borrador del Ministerio de Seguridad Social endurece las reglas. A partir de ahora sólo podrán recibirlo quienes acrediten que su carrera laboral se vio realmente afectada por la maternidad . La reforma, impulsada por la ministra Elma Saiz, llega cinco meses después del último tirón de orejas de la Justicia europea. Y aunque el Ejecutivo asegura que se trata de armonizar la norma con el derecho comunitario, en la práctica será un recorte. El complemento dejará de ser universal: las mujeres que trabajaron sin interrupciones o no sufrieron pérdidas de cotización pueden quedarse fuera. Y eso ha desatado un enorme malestar entre muchas madres jubiladas que ya contaban con ese dinero como parte de su pensión mensual.
Malas noticias del Gobierno para las madres jubiladas
El borrador del nuevo Real Decreto, al que ha tenido acceso la prensa, redefine completamente el perfil de quienes podrán recibir este plus. Según el texto, las personas beneficiarias de una pensión contributiva (ya sea de jubilación o incapacidad permanente) podrán solicitarlo únicamente si acreditan que su carrera profesional se vio afectada por el nacimiento o la adopción de un hijo. No bastará, por tanto, con haber sido madre o padre; habrá que demostrar el perjuicio económico o laboral derivado de esa situación.
El Ministerio propone tres supuestos para poder acceder al complemento. El primero, haber tenido más de noventa días sin cotizar entre los nueve meses previos al nacimiento y los seis años posteriores. El segundo, acreditar que las bases de cotización durante los dos años siguientes al nacimiento o adopción fueron un 10 % inferiores respecto a los dos años anteriores. Y el tercero, haber tenido ausencia de cotizaciones o menos de 180 días cotizados antes del nacimiento o adopción. Quien no cumpla al menos una de estas condiciones, no tendrá derecho al complemento.
Esto implica que muchas madres que han mantenido su empleo tras tener hijos, o que no han visto mermados sus ingresos, quedarán excluidas. Hasta ahora, bastaba con jubilarse para recibir el complemento, siempre que el otro progenitor no lo reclamara. Con el nuevo modelo, además de tener que pedirlo expresamente, será necesario justificar documentalmente el perjuicio laboral, algo que podría dejar fuera a miles de mujeres con carreras largas o cotizaciones estables.
Por qué Europa ha obligado a cambiar el sistema
El Gobierno justifica esta modificación alegando que se ha visto atado de manos por las sentencias del TJUE. La primera resolución, en 2019, ya declaró ilegal el antiguo complemento por discriminar a los hombres , que entonces no podían solicitarlo. En respuesta, el Ejecutivo reformó la norma en 2021 (bajo el mandato del exministro José Luis Escrivá) y permitió que también los padres pudieran acceder al complemento, aunque con condiciones más restrictivas.
El problema es que esas trabas seguían siendo demasiado evidentes. A pesar del cambio, las mujeres continuaban siendo mayoría absoluta entre las beneficiarias: más del 85 % frente al 15 % de hombres. En mayo de 2025, el Tribunal de Justicia de la UE volvió a pronunciarse, señalando que el modelo español seguía discriminando indirectamente a los varones y que debía rediseñarse bajo criterios más neutros. Ahora, para cumplir con ese mandato, el Ejecutivo ha optado por recortar el acceso y endurecer los requisitos, lo que, paradójicamente, perjudica sobre todo a las mujeres, que eran las principales destinatarias de esta ayuda.
El Ministerio de Seguridad Social defiende, no obstante, que los nuevos criterios son más objetivos y ajustados al derecho europeo . Según sus datos, desde 2021 la brecha de género en las nuevas pensiones se ha reducido del 21 % al 18 % , y confían en que este rediseño siga contribuyendo a ese objetivo, aunque desde los sindicatos y asociaciones de mujeres ya se advierte de que podría ocurrir lo contrario.
Una ayuda que dejará de ser automática
El cambio más significativo no está solo en los requisitos, sino también en el procedimiento. El complemento, que hasta ahora se reconocía de oficio al tramitar la pensión, ya no será automático. Las personas interesadas deberán solicitarlo expresamente y demostrar que cumplen con las condiciones establecidas. Es decir, las madres jubiladas que daban por hecho ese ingreso mensual adicional deberán ahora iniciar un trámite administrativo y aportar documentación que pruebe su perjuicio laboral.
Para muchas mujeres, este cambio supondrá un nuevo obstáculo burocrático. Especialmente para quienes se jubilaron después de años fuera del mercado laboral o con cotizaciones intermitentes. Hasta el momento, más de 1,1 millones de mujeres se beneficiaban de este plus, que ayudaba a compensar en parte la desigualdad económica acumulada por la maternidad. Con la nueva norma, se prevé que el número de beneficiarias caiga de forma notable.