Detrás de cada litro de aceite y de cada alimento balanceado hay un protagonista silencioso: el expeller de soja . Este subproducto, obtenido a partir del proceso de extrusado y prensado del grano , se convirtió en los últimos años en una pieza central de la agroindustria argentina .
Es el punto de partida para elaborar raciones que alimentan a cerdos, aves y bovinos, y también la base de nuevas formulaciones texturizadas destinadas al consumo humano.
En el país funcionan unas 400 plantas PyME dedicadas a este proceso. Mantener la calidad del expeller no solo incide en la eficiencia de la producción ganadera —carne, leche, huevos—, sino también en el valor de los productos que llegan a la mesa. Por eso, investigadores del INTA destacan la importancia de cuidar la materia prima