El ministro de Seguridad Nacional de las Bahamas, Wayne Munroe, ha emitido una advertencia a los ciudadanos sobre los peligros de acercarse a lanchas rápidas que provienen de Venezuela. Esta recomendación surge en medio de la creciente preocupación por los ataques de Estados Unidos en aguas del Caribe, dirigidos a lo que Washington considera narcotraficantes que operan desde Venezuela.
Munroe declaró: “Yo aconsejaría a los bahameños que se mantengan alejados de las lanchas rápidas que salgan de Venezuela”. En su intervención, el ministro subrayó que, aunque las Bahamas no seguirán el mismo enfoque que Estados Unidos, es prudente que los ciudadanos eviten estas embarcaciones.
Recientemente, un ataque estadounidense resultó en la muerte de dos hombres, presuntamente de Trinidad y Tobago, y dejó a otras cuatro personas heridas. Este incidente ha suscitado inquietudes sobre las implicaciones de las operaciones militares extranjeras en la región caribeña. Munroe reconoció la dificultad de oponerse a Estados Unidos, afirmando: “Si ellos deciden, por ejemplo, desplegarse en aguas internacionales entre las Bahamas y EEUU, ¿qué podemos hacer nosotros para restringirlos en la búsqueda de lo que ellos consideran su interés nacional?”.
El ministro también enfatizó que no se enviará a la fuerza de defensa para confrontar a las fuerzas estadounidenses, lo que limita la capacidad de las Bahamas para actuar en defensa de su soberanía. “Si deciden hacer eso, tendríamos que buscar la manera de advertir a nuestros ciudadanos para evitar que sean víctimas de, quizás, un ataque militar”, añadió Munroe.
En este contexto, el sábado, la Comunidad del Caribe (Caricom) emitió un comunicado reafirmando su compromiso de mantener la región caribeña como una zona de paz. Los líderes de Caricom, a excepción de Trinidad y Tobago, hicieron hincapié en la necesidad de diálogo y cooperación internacional para resolver disputas y combatir el narcotráfico y el comercio ilegal de armas.
El comunicado concluyó reafirmando el apoyo a la soberanía y la integridad territorial de los países de la región, así como a la seguridad y los medios de vida de sus habitantes.