No es ningún secreto que el statu quo geopolítico que nos ha tocado vivir en las últimas generaciones es el que se diseñó hace 80 años en la conferencia de Yalta, cuando las tres principales potencias que estaban a punto de vencer en la Segunda Guerra Mundial se reunieron para sentar las bases de lo que sería el mundo de las décadas siguientes. Allí estaban Franklin D. Roosevelt, Winston Churchill y Ióssif Stalin, que representaban respectivamente en Estados Unidos, Reino Unido y en la Unión Soviética. Pero en la delegación estadounidense también había un hombre mucho menos conocido, aunque habituado a moverse entre los engranajes de la diplomacia: el empresario y político Averell Harriman.

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