El 20 de marzo de 1972 la estación de Correus de la red de Metro de Barcelona quedó fuera de uso, de manera que aquel día de hace algo más de cincuenta y tres años fue la última oportunidad para la ciudadanía en general de transitar por un espacio que pasó, por obra y gracia de la prolongación de la L4 en dirección a la Barceloneta, de ser una parada plenamente operativa a transformarse en aquello que los aficionados llaman una estación fantasma , es decir, una instalación ferroviaria fuera de uso, pero de la que aún quedan restos que, para el viajero que está al tanto, son visibles si se está atento durante el recorrido.
Correus es, en este sentido, la estación fantasma paradigmática de la red de Metro de Barcelona, más aún que la estación de Gaudí que tiene la particularidad de q