Desde el 20 de octubre de 2010, cada quinquenio se celebra el Día Mundial de la Estadística. En esta oportunidad vale la pena reflexionar sobre su valor en tiempos de posverdad.
En la era de las redes sociales y la comunicación instantánea, las emociones muchas veces pesan más que los hechos. La llamada posverdad , definida como la distorsión deliberada de la realidad, describe justamente eso: cuando las percepciones personales y los relatos se imponen sobre los hechos verificables. En este contexto, los organismos de estadística enfrentan uno de los mayores desafíos de su historia: sostener la confianza en los datos oficiales en un mundo cada vez más digitalizado, dominado por las opiniones, los rumores y las sensaciones que se comparten en tiempo real.
La batalla por la verdad en