En Boca, todavía perdura la bronca por la derrota ante Belgrano y por la chance que dejó pasar para seguir prendido en los primeros puestos. Pero la calentura más grande de cuerpo técnico tiene que ver con las decisiones del árbitro Pablo Dóvalo, que lo apuntan por el cobro del penal que abrió el marcador, por el tiempo adicionado, por el manejo del partido y, sobre todo, por la tarjeta amarilla a su capitán, Leandro Paredes, que lo dejó condicionado de cara al Superclásico con River.
La amonestación, como se recordará, llegó en un contragolpe del Pirata en el que el árbitro estaba de espaldas al campeón del mundo, que a la pasada parece tocar de atrás a Lucas Passerini.
La jugada continuó y cuando la pelota se detuvo, el árbitro decidió amonestar a Paredes por una falta que le resultó m

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