El fuerte rugido no de uno, sino de varios motores de dos tiempos, suena de fondo entre curvas que se trazan a centímetros del asfalto. ... Huele a gasolina y a rueda quemada. Porque detrás de cada Alonso o Verstappen, por ejemplo, hay incontables fines de semana de kárting. No es casualidad: el kart enseña lo esencial. Sin telemetrías complejas ni ingenieros que suavicen errores, el piloto aprende a sentir cada vibración y cada pérdida de agarre. La precisión en el frenado, la lectura de las condiciones de pista y la gestión de la presión se desarrollan aquí. En la auténtica escuela del automovilismo.

Los éxitos de Alonso han supuesto un antes y un después en Asturias. Para un deporte como el automovilismo, tener o no a alguien luchando entre los 'grandes', sea cual sea la categoría,

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