El sol caía manso sobre el parque mientras Camilota , todavía con el recuerdo del miedo vibrando bajo la piel, se permitía una pausa. El día de jacuzzi y relax tras la recuperación de su hermano, Thiago Medina , no fue solo una jornada de spa y descanso: fue el primer suspiro hondo después de los días en que la incertidumbre lo tomaba todo entre las manos. De espaldas al asfalto y las urgencias, abrió las puertas de su intimidad para mostrar el rostro real de la resiliencia: el propio.
La primera imagen muestra a la joven sentada sobre una reposera junto a una mesa baja, envuelta en un batín blanco de spa que apenas deja ver, debajo, un traje de baño negro. El mate humeante entre sus manos, las uñas prolijamente barnizadas, el cabello recogido y los lentes de sol empujados hac