Noemí (40) identifica oportunidades donde otros no las ven. Durante tres años emprendió con un restaurante al que acudían muchos ingenieros. Ella cocinaba y estaba cerca de las hornillas, pero pronto comprendió que podía iniciar un negocio en el rubro ferretero y aprovechar los contactos que había forjado gracias a la comida. Se aferró a la idea y no la soltó.

Por varias semanas buscó un local donde materializar ese sueño. Cuando finalmente recibió las llaves inauguró con emoción su ferretería, que lleva su nombre y refleja su esencia luchadora. “La mayoría de personas se iba hasta el centro de Huancayo para conseguir productos, así que identifiqué la oportunidad y me aventuré”, recuerda orgullosa.

Si bien sus ánimos rozaban el cielo, la cordura le decía que no podía dejar todo de la

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