La guerra de relatos es una realidad y es tan potente como la guerra en el campo de batalla, impulsada por la tecnología informática y por la incontrolable y adictiva pulsión por las pantallas y las redes sociales.
Millones de personas en el planeta forjan su opinión viendo imágenes en redes sociales, sin saber que muchas fueron “producidas” de manera deliberada e intencional.
De hecho, todo indica que Hamas, además de controlar Gaza, lo hace con las imágenes que de allí provienen, al igual que todo tipo de contenido audiovisual.
El objetivo parece ser la manipulación emocional, para disparar la indignación a partir de que las personas son sensibles, solidarias y empáticas, más allá de la innegable crisis humanitaria en la que los gazatíes estuvieron y están sumidos a causa de Hamas.
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