Bastó una simple declaración "banquetera" para que el dirigente estatal del Partido Acción Nacional (PAN), Mario Salazar Madera, demostrara a la perfección por qué su partido está sumido en una verdadera crisis en Durango, carente de liderazgos, con menos militantes y a expensas de lo que mande y ordene el gobernador priista Esteban Villegas Villarreal.

Luego de que el presidente nacional del PAN, Jorge Romero Herrera, anunció que su partido entraba a una nueva etapa donde ya no dependerían de alianza partidista, "ni pasada, ni presente, ni futura", en Durango la dirigencia estatal se apresuró a contradecirlo, a pesar de haber sido el punto medular del "relanzamiento" panista.

"En el ámbito local el contexto es diferente, ya que las decisiones se construyen de abajo hacia arriba, a parti

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