Una de las herramientas más esenciales en la vida cotidiana es el teléfono celular. Aunque sus funciones son muy variadas, entre las más comunes se encuentran el uso de aplicaciones para redes sociales, trabajo, entretenimiento y otras utilidades. Los usuarios, de hecho, descargan y eliminan aplicaciones casi a diario , adaptando constantemente sus dispositivos a sus necesidades y preferencias.
Sin embargo, cada vez que descarga una aplicación en el celular y se completa el registro, la mayoría de los usuarios acepta los términos, marca casillas y concede permisos sin detenerse a analizar lo que realmente está autorizando .
Con frecuencia se otorgan accesos que parecen inofensivos, pero no lo son. Varios ejemplos son el uso de la cámara o el micrófono del dispositivo, con aplicacione