Por Luis Mis – Gato Maya

Ay, México… tierra bendita donde la política se practica entre zapes, lodazales y vuelos privados. Aquí, los pleitos no son por principios, sino por micrófono; y los políticos no discuten ideas, sino quién se baña con más espuma del presupuesto.

Ahora el espectáculo corre a cargo del senador del Partido Verde —sí, ese partido que se disfraza de ecologista pero vive del estiércol político— y del inefable Gerardo Fernández Noroña, ese mártir profesional de la austeridad republicana que, curiosamente, viaja en avión privado cuando el discurso se lo permite.

Resulta que el distinguido senador “verde”, Luis Armando Melgar, se soltó la melena y llamó a Noroña “sucio pendenciero”, asegurando que hace unos años “moría de hambre” y que ahora vive como potentado. Y uno, q

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