Cada noviembre, México huele a cempasúchil, pan dulce y copal, es la señal de que se acerca una de las tradiciones más bonitas que tenemos, hablamos del Día de Muertos . Más que una costumbre, es una manera de abrirle la puerta a los que ya no están, de decirles con flores y velas: “te sigo recordando, y aquí está tu lugar.”

Montar un altar no tiene que ser complicado ni perfecto, solo tiene que tener corazón. Pero hay cinco elementos que nunca deberían faltar , porque son los que guían, cuidan y reciben a las almas que regresan a casa.

La flor de cempasúchil

Dicen que el color del cempasúchil guarda la luz del sol, y que su aroma marca el camino para que los espíritus encuentren su hogar. Por eso se acostumbra hacer senderos de pétalos que van desde la puerta hasta el altar. No

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