«Comienza un nuevo y emocionante capítulo para el Valencia CF». Así finalizaba el comunicado oficial con el que el club anunció el pasado 29 de mayo una nueva era deportiva con el nombramiento de Ron Gourlay como CEO de Fútbol. Cinco meses y un mercado de fichajes después, el equipo cumple el primer cuarto de LaLiga a tres puntos del descenso a segunda división con demasiados síntomas peligrosos de preocupación y la amenaza de un exigente calendario por delante que asusta: Villarreal, Real Madrid y Betis esperan.
Ni rastro queda del «paso estratégico clave dentro del objetivo de regresar a la élite del fútbol europeo bajo la presidencia de Kiat Lim» del que habló Meriton en aquel comunicado. La realidad del Valencia es muy distinta con un equipo instalado en la mediocridad (9 de 27 puntos