Por Julia Carabias.*

Estamos acostumbrados a que la crisis climática acapare la atención de las agendas ambientales globales y nacionales, relegando a un segundo plano la emergencia por la pérdida de biodiversidad. Sin embargo, sin menoscabo de la importancia del calentamiento global, la drástica disminución de ecosistemas, especies y genes que estamos presenciando -sin precedentes en la historia evolutiva- pone en alto riego la permanencia de la vida tal y como hoy la conocemos, así como el bienestar de las sociedades humanas que dependemos de ella.

Por ello, es motivo de celebración que, entre el 9 y el 15 de octubre, este tema haya sido el foco de atención del Congreso Mundial de la Naturaleza, convocado por la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (UICN). En este Congr

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