No es fácil identificar qué nos hace tan incapaces de celebrar un logro deportivo, uno como una medalla de bronce en un Mundial Sub-20, por ejemplo: ¿Nos ganan otros mejores o lo perdemos siempre nosotros? Si lo perdemos, ¿es porque no tenemos ‘mentalidad campeona’, porque si había convicción y talento pero no cabeza, porque estamos tan acostumbrados a perder que no tenemos idea de cómo ganar, porque nos falta un extranjero que nos muestre el camino a los títulos… porque, como dijo el Pibe, ‘nunca nos va a tocá esa m..dá?
Todo, al final, es una oda al lugar común. ¿De qué estamos hablando? Si trabajan nuestros jugadores como los de todo el mundo, si abunda el talento, si nuestros entrenadores van a capacitarse a las mismas escuelas de brasileños y argentinos, si somos el cuarto país más e