El desayuno influye directamente en el rendimiento mental, el control del apetito y redondea la calidad de la dieta, tanto de pequeños como en adultos. Por eso elegir bien qué comer por la mañana es clave. Lo ideal, según las recomendaciones nutricionales, es combinar un lácteo, una fruta u hortaliza, y un alimento rico en hidratos de carbono complejos, preferiblemente integrales.

En ese sentido, el pan integral se mantiene como la opción más saludable, Sin embargo, si no se tiene a mano o no gusta al consumidor, los cereales de desayuno pueden ser una alternativa válida, al menos bastante más saludable que las galletas, según advierte la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) tras analizar el aporte nutricional de 230 productos envasados a la venta en supermercados .

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