Parece una paradoja, pero la respuesta al origen de los océanos en la Tierra podría estar, precisamente, en el lugar más árido que conocemos: la Luna. La clave no reside en su polvo gris y milenario, sino en los restos de antiguos visitantes cósmicos que quedaron allí grabados. Un equipo de la Academia China de Ciencias ha logrado identificar siete fragmentos diminutos de olivino que confirman una teoría que, hasta ahora, carecía de una prueba concluyente.
De hecho, la misión china Chang'e-6 ha regresado de la cara oculta del satélite con algo más que simples rocas lunares. Entre sus muestras se escondían restos de un antiguo meteorito , un mensajero del sistema solar primitivo que llevaba consigo el ingrediente fundamental para la vida: el agua. Este descubrimiento constituye la primer