22 de octubre de 2025 - 10:34

El fútbol sudamericano, tan pasional, vibrante y divertido, ha estado a la sombra de su propia leyenda durante muchas décadas, quizás demasiadas. Los grandes estadios, los templos del deporte rey, esos que han sido testigos de hazañas inmortales, observaban cómo sus más destacados cracks partían a buscar el reconocimiento mundial con rumbo a Europa, en un éxodo casi forzado, a veces demasiado pronto. Y de este modo, dejaban atrás equipos con su plantilla desdibujada y una competición local que, aunque nunca dejó de ser apasionante, vio su brillo y su calidad futbolística reducida. Era una historia conocida y repetida mil veces: una cantera interminable y un escenario en decadencia, secundario en el olimpo del fútbol.

Pero de un tiempo a esta parte todo ha ca

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