El ducado de York siempre ha recaído en hombres. De hecho, desde su creación, en 1385, se ha concedido, cuando ha estado vigente, al segundo hijo varón del monarca británico de ese momento, siempre y cuando su anterior poseedor no siguiese con vida. Su historia, sin embargo, no puede ser más controvertida, porque entre quienes lo han ostentado se hallan historias que reflejan todos los aspectos de la monarquía británica y sus ancestros, desde traiciones a decapitaciones, escándalos o misterios sin resolver.

El pasado viernes, el príncipe Andrés renunciaba a su uso, si bien no a su titularidad. De esta, como del propio título de príncipe, solo puede despojarle el rey en connivencia con el Parlamento mediante un documento denominado patente real ("letters patent" en inglés) y que a buen seg

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