El Madrid completó el pleno en Europa y llega aritméticamente feliz al pulso frente al Barça. Otra cosa son el juego y las sensaciones. El chequeo preclásico no arrojó un diagnóstico muy diferente al que se intuía viendo la temporada blanca en general. El derbi dejó un suspenso que derivó en suspense y ahí sigue el equipo: buen orden, una primera presión decreciente y menos eficaz de lo prometido , dominio mecánico, falta de continuidad en fase ofensiva y un torrente de remates (27) sin correspondencia en el marcador. Esa combinación de blancos y negros acaba necesitando casi siempre de Courtois, de largo lo mejor del nuevo proyecto.

Un gol de Bellingham después de la mejor acción de Vinicius mantuvo al Madrid en el grupo de cabeza de la liguilla con cierta justicia. Estuvo un punt

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