Por ALEXA ST. JOHN y JENNIFER McDERMOTT Associated Press
La inteligencia artificial ha generado preocupación por su enorme consumo de agua y energía. Sin embargo, los científicos también experimentan con formas en que esa tecnología puede ayudar a personas y empresas a usar la energía de manera más eficiente y contaminar menos.
El año pasado, los centros de datos necesarios para alimentar la IA representaron alrededor del 1,5% del consumo mundial de electricidad, y se prevé que el gasto de energía de esas instalaciones aumente más del doble para 2030, según la Agencia Internacional de Energía. Ese incremento podría hacer que se quemen más combustibles fósiles como el carbón y el gas, que liberan gases de efecto invernadero que contribuyen al aumento de las temperaturas y del nivel del ma