Arganza vuelve a ganarle una batalla a la despoblación al acoger a una nueva familia con la que impedir que su escuela se venga abajo por la falta de alumnos. Lleva siete años trabajando con familias que llegan, recuerda el regidor, Javier Ovalle "la anterior familia incluso compró una casa aquí", dice. Otros, como una familia marroquí que también había apostado por Arganza como residencia, se fueron a Madrid. Ahora, la casa del secretario, acondicionada para llevar a cabo este tipo de acciones, vuelve a llenarse "no tenemos más edificios, no podemos hacer viviendas sociales", lamenta Ovalle. Sí que cuentan con la casa del cura, pero en este momento en ella se acoge a una familia ucraniana desde 2023, que tiene dos hijos, aunque ninguno está ya en el colegio. Pero Arganza ha conseguido una
Una familia senegalesa deja Madrid para hacer de Arganza su casa

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