La presencia de la reina Sofía en los Premios Princesa de Asturias ha vuelto a ser motivo de tensión dentro de la Casa Real. Lo que en apariencia debía ser un acto solemne y familiar, la gran cita institucional donde Leonor brilla como heredera, se ha convertido en un nuevo pulso silencioso entre Felipe VI y la reina Letizia .

La reina emérita, a sus 86 años y rozando los 87 , sigue empeñada en no desaparecer del todo de la escena pública. Cada año, sin falta, se sienta en el palco del Teatro Campoamor junto a Paloma Rocasolano , la otra abuela de la princesa. Ambas comparten sonrisa y orgullo, admirando a su nieta mientras el público las observa con ternura. Pero este año, el ambiente es distinto. Sofía está más frágil, más cansada, y arrastra una profunda tristeza por el deterio

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