Cada año, entre el 1 y 2 de noviembre, México se viste de flores, velas y recuerdos para rendir homenaje a sus muertos. La celebración, declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, es una de las más coloridas y profundas del país. Diferentes rincones, van adquiriendo matices únicos, desde lo ancestral hasta lo urbano. Algunos destinos destacan no solo por su belleza, sino también por la autenticidad y emotividad.

El top 5 de los lugares más bonitos

El Día de Muertos es más que una festividad: es una forma de mantener vivo el vínculo entre los que están y los que se fueron. Durante esas noches, los altares se llenan de ofrendas, pan de muerto, veladoras y cempasúchil; las calles se convierten en pasarelas de catrinas, y los panteones en espacios de encuentro,

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