Quien haya visto “Nadie nos vio partir” probablemente cerró el último episodio con el corazón encogido. No los culpo; a mí también me atrapó esa mezcla de ternura, rabia y desolación que solo una historia tan íntima y dolorosa puede provocar. Más allá de narrar la relación entre una madre y sus hijos, la serie ofrece un retrato profundo del control y del silencioso sometimiento que habita en tantas familias, especialmente en tiempos moldeados por un patriarcado implacable.

Lo que más impacta de esta producción de Netflix es cómo logra tocar fibras tan profundas en solo cinco episodios. La actuación de Tessa Ía, en particular, fue la que destacó, aunque eso no quiere decir que el resto del elenco pasó desapercibido. Pero ella, como protagonista, se está llevando los aplausos populares porq

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