Estados Unidos ha lanzado un nuevo paquete de sanciones contra el sector petrolero ruso, centrado en las dos principales compañías del país, Rosneft y Lukoil, como respuesta al estancamiento de las negociaciones de paz entre Moscú y Kiev. La decisión, anunciada por la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Departamento del Tesoro, incluye la congelación de todos los bienes de ambas empresas en territorio estadounidense y la prohibición a ciudadanos y compañías de EE.UU. de realizar transacciones con ellas o con más de treinta de sus filiales.

El secretario del Tesoro, Scott Bessent, justificó las medidas señalando que el Kremlin continúa financiando su ofensiva militar con los ingresos derivados del petróleo. “Es hora de poner fin a esta guerra sin sentido”, afirmó, a

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