Por: Gilberto Bátiz García 23/10/2025 08:21:00

El discurso público ya no transita sólo por los medios tradicionales. Hoy, gran parte de la conversación pública ocurre en entornos digitales: un video, de apenas unos segundos, que se viraliza; una imagen falsa que sólo circula entre un segmento de la población, debido a como los filtros tecnológicos procesan sus ideas preconcebidas; un post que se distribuye entre los usuarios de una red social en función de sus preferencias de consumo.

Ante este profundo cambio en el mundo de las expresiones, la justicia electoral enfrenta, entre muchos otros, un desafío no menor: distinguir entre propaganda político-electoral y expresión digital legítima.

En este sentido, hace unos días, la Sala Superior resolvió el asunto SUP-JG-100/2025, relaci

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