La Fiscalía Superior de Andalucía ha iniciado una investigación sobre los fallos en el programa de cribado de cáncer de mama. Esta decisión se produce tras recibir múltiples denuncias que apuntan a un funcionamiento defectuoso del proceso asistencial. El ministerio público ha solicitado a la Consejería de Sanidad de la Junta de Andalucía que informe sobre los hechos, las medidas adoptadas para reparar el daño a las víctimas y las acciones para prevenir futuros incidentes. Las denuncias provienen de la Asociación Defensor del Paciente y de la coalición política Por Andalucía. El 2 de octubre, la Defensora del Paciente presentó una denuncia exigiendo responsabilidades al Servicio Andaluz de Salud (SAS) por “dejación de funciones” en el programa de detección precoz. Una semana después, Por Andalucía solicitó investigar a los tres últimos consejeros de Salud por posibles delitos de homicidio imprudente y omisión del deber de prestar servicios sanitarios. La Junta ha reconocido que aproximadamente 2.000 mujeres han sido afectadas por irregularidades en el programa, concentrándose el 90% de los casos en el Hospital Virgen del Rocío. Sin embargo, no ha aclarado los criterios utilizados para determinar esta cifra. La asociación Amama, que representa a las víctimas, cuestiona la cifra y asegura que las afectadas están distribuidas en toda la comunidad. El Gobierno de Juan Manuel Moreno ha enfrentado críticas por su gestión de esta crisis, la más grave desde su mandato. A pesar de la falta de claridad sobre los errores en el programa, se han anunciado planes de choque que incluyen la contratación de más de 700 profesionales y una inversión de 100 millones de euros. Sin embargo, los sindicatos médicos han expresado escepticismo sobre la efectividad de estas medidas. La situación se ha complicado aún más con la denuncia de Amama sobre la supuesta desaparición de historiales médicos en las aplicaciones del SAS. Aunque la Consejería de Sanidad negó el borrado, reconoció que un fallo en el sistema impidió el acceso a pruebas diagnósticas. La apertura de esta investigación se produce en un contexto de creciente presión política, con la oposición exigiendo respuestas sobre el número de mujeres afectadas y las medidas a tomar. La crisis de los cribados de cáncer de mama ha puesto en el centro del debate la gestión sanitaria en Andalucía, generando un clima de incertidumbre entre las pacientes y sus familias.